martes, marzo 20, 2012

SOLO LA PIEL


Coincidimos en la barra, Bombay Saphire con tónica y una rodajita de piel de limón, sólo la piel, dijimos a la vez. Y la piel del limón sirvió de nexo para apurar copas, besos, taxis, deseo, mordiscos, lametones y ascensores. Ante la puerta de mi apartamento, con las llaves en la mano, él trazó autopistas de saliva en mis hombros desnudos, con suavidad de nieve retiró las tiras de mi camiseta y liberó mis pechos, entonces, con brusquedad, me mordió los pezones mientras yo gemía sin recato y me derramaba en el descansillo. Luego, ya en mi casa, sus labios devorándome, sus manos como ventosas recorriendo mi piel, desnudándonos. Le quité los vaqueros con los dientes. Me quitó la falda con un solo dedo. Siguió explorando a ciegas. Mi tanga, antes de salir volando, rozó su mejilla con violencia.

Solo la piel, me dijo entre susurros. Y sólo habló la piel. La noche entera.

Ni siquiera sé su nombre, pero la imagen de su cara, con el anagrama de Belcor estampado en rojo sobre sus mejillas, aún me hace estremecer.

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